El robo del meteorito del campo Tañigo II, junto con otros accidentes naturales perdidos o dañados severamente, va incrementando notablemente la pérdida de los elementos del fenómeno celeste ocurrido en Campo del Cielo. El hecho de los robos de piezas meteoríticas, luego van a parar a millonarias ofertas vía Internet, viene ocurriendo hace tiempo y con piezas de distinto tamaño. Posiblemente, el hito principal lo constituyó el intento de robo del meteorito Chaco, que fue muy publicitado a nivel provincial, nacional e internacional; y seguramente se creyó que con eso se asustaría a los ladrones y por lo tanto no se debían tomar mayores medidas para custodiar ese patrimonio.
Norte, en 1998, con su información, llevó al conocimiento público la existencia de este meteorito, hallado como consecuencia de un desmonte efectuado en el predio del productor Víctor Hugo Conradi (Tañigo II).
Con finalidad de realizar el catalogado de esta pieza y otras investigaciones en la zona, los autores de la nota junto con Eduardo Merlo y Carlos Cerrutti- visitaron esta sitio, identificado previamente por cartografía catastral, fotos aéreas e imágenes satelitales.
Esto ocurrió el 25 de octubre de 1998. Una vez en el predio hubo que solicitar permiso a una persona encargada del campo, quién les facilitó el ingreso.
El meteorito fue ubicado geográficamente en 61° 30’ 17,6” de longitud O y 27° 31’ 54,4” de latitud S. Según nos informó el encargado del campo, el meteorito fue hallado unos metros más al Oeste. En el informe publicado sobre las actividades, se pueden apreciar dos fotografías del siderito, del que se describe lo siguiente:
“La superficie del fragmento presenta claramente las deformaciones puntuales producidas durante el potente impacto, se observa muy poco deterioro atribuido a agentes atmosféricos, incluso mantiene aún profundas incrustaciones arcillosas, enriquecidas con hierro, producto del momento mismo del impacto. Existen dos bajos en la zona, uno de éstos es con seguridad el lugar de impacto-rebote de éste cuerpo celeste. Uno de ellos se identificó en 61° 30’ 42,6” de longitud O y 27° 32’ 15,1” de latitud S; en el cual, en ese momento, se estaba construyendo una represa, por lo cual ya se estaba perdiendo un cráter de impacto y rebote. Sobre la base de las mediciones realizadas en el campo y luego en el laboratorio, se estimó un peso de entre 3900 y 4000 kilogramos para la pieza hoy extraviada.
En aquel viaje, los comentarios del encargado del campo indicaron que ya varias personas habían venido a visitar el lugar y que se sabía de interesados en comprar el meteorito. Pareciera que fue un presagio.