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No había nadie, al menos esa tarde; así que nos dirigimos hacia el lugar donde sabíamos estaría el meteorito, se recorrió el lugar sin visualizarlo, de modo que emprendimos el regreso. Pero, al pasar entre la represa y la tapera, al lado de un quebracho colorado y entre unos pastos, se divisó el meteorito. Pueden imaginarse los comentarios y sospechas que surgieron. Se tomaron fotografías y se lo filmó. Creemos que la última posición antes de su robo, la que no coincide con la señalada por el propietario del campo al momento de la sustracción. En el gráfico se observan la ubicación de la represa y la del meteorito en 1998, y la localización de éste en el 2002.

Otro dato alarmante es que, de varios cráteres identificados e investigados por el norteamericano William Cassidy en la década del ’60, se pueden considerar como desaparecidos del área de dispersión, gracias, por un lado, a la falta de información de los pobladores del lugar; y por otro, a la política de cero proteccionismo del patrimonio natural y científico a que nos han acostumbrado los gobiernos de turno. Es en este punto realmente importante preguntarnos por qué no se tomó posesión del predio donde se halla el cráter Rubín de Célis, cuando el propietario de esta campo lo donó a la provincia hace unos años. Igualmente, en que quedaron las expropiaciones de terrenos afectados por impactos de meteoritos.

Es un hecho que los responsables de resguardar este patrimonio único no están al tanto de que los cráteres La Sorpresa, Laguna La Negra, Carmen Sosa, La Perdida, La Cañada y el posible cráter del meteorito Mocoví ya no existen; y que el muy conocido cráter Rubín de Célis está en marcado proceso de destrucción, ya que el propietario del campo realizo un canal de drenaje al cráter que al presente no fue clausurado, por lo que está colmado de sedimentos, sin mencionar el continuo tránsito de animales.

El cráter de mayor significación descubierto hasta el presente, en las proximidades de Hermoso Campo, está cruzado por un camino. Los meteoritos de la Escuela 230 siguen depositados en el juzgado de Charata, ocultos a la vista de científicos y turistas que visitan el lugar. ¿Existe un inventario de éstas piezas? ¿Quién lo controla?

El complejo Meteorito Chaco inconcluso y claramente no aporta ni una ayuda significante a la protección de la zona.

Quienes nos informan de los daños que se van sucediendo son los pobladores del lugar, quienes se preocupan desinteresadamente por el fenómeno. Fueron ellos quienes hace unos días nos avisaron que el acceso al cráter Rubín de Célis estaba cerrado con una tranquera y candado, así como otros accesos a áreas de dispersión.

La lista podría seguir, ya que fueron innumerables las denuncias de hechos vandálicos sobre este patrimonio; y desde hace tiempo NORTE los viene comunicando a toda la sociedad.

La increíble falta de interés de las autoridades provinciales en preservar el patrimonio chaqueño Campo del Cielo deja pasmados a locales i visitantes. Desde hace unos años la UNESCO viene promulgando su intención de declarar patrimonio de la humanidad a la zona de Campo del Cielo; pero el escaso interés de quienes debieran apoyar esta iniciativa hace que cada día que pasa se sigan perdiendo y deteriorando componentes del fenómeno, sin llevar adelante una acción para evitarlo.

Amigo lector, ¿quiere saber dónde están más publicitados el fenómeno y los meteoritos de Campo del Cielo? En Internet. Pero no como atractivo turístico, científico o cultural, sino como raras piezas de colección de increíble valor comercial.

El robo de sideritos menores de Campo del Cielo es cosa de todos los días. Así se refleja en el siempre renovado stock de piezas de esta zona ofrecidos en línea. Ahora bien, el robo de un meteorito de unos 4000 kilogramos no es tarea sencilla; pero, si pensamos que valor de mercado llega a unos u$s 7 por gramo (puede verlo en Internet en http://www.wehug.com/meteoritegallery.html), quienes robaron esta pieza tenían muy claro que pasarían a formar parte del selecto grupo de millonarios traficantes de meteoritos. De ahí el esfuerzo en desaparecerlo

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