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Año: 1576 - Expedición de Hernán Mexía de Miraval:

 Relatos de los aborígenes del lugar acerca de una gran masa metálica vista en los campos (ya considerada como una piedra caída del cielo), hicieron que el Gobernador de las Provincias del Tucumán, Capitán General don Gonzalo Abreu y Figueroa ordenara al Capitán de Campo Mexía de Miraval su localización. Este realizó la expedición acompañado de 8 soldados, junto a los cuales, en su camino al “minero de hierro” tubo que luchar contra indios Chiriguanos, que según sus relatos consumían carne humana. Luego de un largo recorrido hallan un gran “peñol de hierro” (saliente) del cual tomaron algunos fragmentos

        La memoria nos habla del suceso de Campo del Cielo ya desde mucho antes del amanecer de la historia escrita de nuestra región. Perdidos en el tiempo nos llegan relatos, mitos, leyendas aborígenes pasadas de generación a generación, sagrados peregrinares con el objeto de rendir culto a aquel trozo de hierro caído del cielo (árbol de fuego para ellos) que materializaba a su Dios en esta, su tierra.

         Ellos, los milenarios pobladores de esta zona y sus alrededores nos legaron la relación. Algo de proporciones inmensas había ocurrido entre el cielo y estas tierras.

         Gracias a esta tradición y a la incontrolable sed de bienes para la corona, a solo 84 años del descubrimiento de América las primeras expediciones militares dieron origen a la historia escrita de Campo del Cielo

Año: 1774 y 1776 Expediciones de Bartolomé Francisco de Maguna:

Este expedicionario realizó dos entradas en busca de la “mina de plata” que se comentaba existía en el chaco. En 1774 partió con un grupo de hombres, y a unas 90 leguas de Santiago encontró un planchón de metal (es muy probable que de esta expedición surgiera el conocido nombre de Mesón de Fierro), al que estimó unos 23000 Kg.   Del cual extrajo muestras. Los exámenes de maestros herreros acerca de que  se trataba de plata despertaron gran interés, lo cual motivó que dos años más tarde, por orden del Virrey de Perú y Chile, Maguna regresara al Chaco para recoger más muestras. La  ambiciosa ilusión de la mina de plata quedo desterrada en 1778 cuando don Francisco de Serra y Canals determinó que no se trataba de plata, sino de "fierro de muy particular calidad".

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El Mesón de Fierro
Dibujo del Ing. Pedro Antonio Cerviño (1783)