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RESISTENCIA, (TELAM, por Sergio Oscar Sotelo). En momentos en que se ha desatado una lucha a muerte contra la drogadicción y el alejamiento de la juventud hacia estas malas prácticas, en el Chaco se ha conformado un grupo de jóvenes que, por sus propios medios, se hallan abocados a la tarea de investigación, en la especialidad de buscar meteoritos en la zona denominada “Campo del Cielo”, en los límites entre Chaco y Santiago del Estero.

            Este grupo de jóvenes está conformado por alumnos y ex – alumnos de la escuela de educación Técnica Nº 1 “General Manuel Belgrano” y cuenta con la colaboración de profesores y técnicos como el geólogo Adolfo Gustin, además  de varios organismos provinciales y nacionales.

           El trabajo de éstos jóvenes, nucleados en el “Club de Astronomía Halley”, se basa en tareas de laboratorio, además de análisis de aero-fotografías y fotografías satelitarias, que han permitido el descubrimiento de nuevos cráteres que, presuntamente contendrían nuevas masas celestiales.

           

Zona de la descarga

           La zona del Chaco y Santiago del Estero, hace por lo menos 4000 años atrás, recibió una descarga de meteoritos, que bañó una amplia franja de sus territorios y, entre estos últimos se cuenta el legendario “Mesón de Fierro” señalado ya desde épocas de colonización.

El “Mesón de Fierro”, de acuerdo a datos históricos y según el grupo “Halley” fue visto por última vez hace 208 años, mencionado por el investigador Rubín de Célis.

            Dicen los noveles investigadores que “hemos ubicado –en el terreno y en función de fotos satelitarias- cinco posibles cráteres, que están claramente relacionados con el valor de 27 grados 28 minutos de latitud sur, dados por Rubín de Célis, discrepando solamente en algunos segundos con éste último.

           Indican los estudiantes que “tal vez el estudio de algunos de ellos nos de una sorpresa histórica”, mientras no dejan de admirar, por lo menos en las fotos satelitarias, un lugar conocido hoy como la “Laguna Salada”, con características probables de contener una masa férrica celestial que los indios chaqueños, de boca en boca y de generación en generación, hablaron como “el árbol de fuego”

           La pregunta  básica que surge es que los indios chaqueños de raza guaranítica conocían muy bien el monte, y por ende los árboles, y surge la pregunta entonces de ¿porqué hablar de un “árbol de fuego” sabiendo que la madera se consume con el fuego?

           Los fragmentos recogidos en Campo del Cielo permitieron a los alumnos y a sus colaboradores realizar análisis sobre su composición y comportamiento material.

            Entre otras cosas indican que ésta aleación de origen natural tiene como equivalente aproximado a un acero producido por el hombre con la característica de “acero duro recocido”, con aproximadamente el 0,8% de carbono, y la gran dureza viene dada por otros componentes de la aleación, que incluye silicio, fósforo, cromo, níquel, molibdeno, cobre, estaño, titanio, vanadio, volframio, arsénico, cobalto y en mayor medida hierro.

 

Sigue...

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